Que no me distraiga el frío
ni la fiebre
amante de lo diurno hoy me abraza la nocturnidad
la sombra que amapara por igual
sin mandamientos que respetar a todos abarca
- tiene la sencillez de lo oscuro -
aún así deseo que no me distriga
mientras rabioso mastico universos
esculpiendo escupidas palabras
fiebres tísicas
demenciales fríos
un rostro que no recuerdo asegura que lo he olvidado
¡Que el fugaz encuentro no me distraiga!
allí hacia donde dirijo mis pensamientos
los espectros se aburren hacinados
¡Que no me distraiga ninguno de ellos!
Realmente es por ellos
que estoy concentrado.
viernes, 30 de abril de 2010
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